El Pontífice decidió no pronunciar ninguna palabra frente a una reunión con la delegación de la Conferencia de Rabinos europeos tras su encuentro con Aragonés
«Buenos días. Os saludo a todos, os doy la bienvenida y las gracias por esta visita, que me complace mucho. Pero sucede que no me encuentro bien de salud, por lo que prefiero no leer el discurso, sino entregárselo a ustedes para que los transmitan».
Con estas palabras el Papa Francisco decidió no realizar la lectura de un discurso que tenía preparado para el encuentro con los integrantes de una delegación de la Conferencia de los Rabinos europeos.
El tono de voz de Francisco, de 86 años, hacía pensar que muy probablemente sufra un fuerte resfriado. No es la primera ocasión en la que decide no leer un discurso para preservar sus fuerzas o por motivos de salud. Este verano, hasta en dos ocasiones decidió en el último minuto no leer por cansancio, o por no encontrarse en plena facultades tras ser operado de una hernia
Este lunes el Papa tiene una agenda llena de reuniones y audiencia públicas. Se ha reunido durante 40 minutos con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, en una «reunión a solas, muy cordial, y en la que han podido compartir puntos de vista sobre distintos temas, entre ellos, la preocupación compartida por la situación de “Israel y Palestina” aseguran desde la Generalitat.
Además del encuentro con rabinos europeos y con Aragonés, por la tarde está previsto que se reúna en el Aula Paulo VI con 7.000 niños procedentes de todo el mundo.
El Vaticano le ha quitado importancia, pues el Papa no ha cancelado ninguno de sus encuentros previstos para hoy. Minutos más tarde sí que ha leído completo el discurso que tenía previsto ante los miembros de una obra social acompañados por religiosas.