Desde una tribuna de La Paternal le arrojaron un pedazo de pan y él respondió de manera inesperada a la agresión: le dio un beso.
El gesto que tuvo Carlitos al recibir un pedazo de pan desde la tribuna se debe a una antigua tradición argentina que parte de la premisa «la comida no se tira». Durante la segunda parte del siglo pasado los alimentos escaseaban y el pan era una de las comidas más comunes, por lo que se lo consideraba sagrado.
Entonces, si por alguna razón alguien tenía que tirar el pan a la basura, antes debía besarlo para demostrar gratitud y que no falte en el futuro. Carlitos, quien siempre ha recordado las dificultades que sufrió en su infancia y adolescencia, no dejó pasar la oportunidad de darle un beso al alimento.