«Va a ser un parazo. Están todos los compañeros haciendo asambleas y está todo parado». Así lo definieron en el entorno de uno de los principales líderes sindicales de la Argentina. Se esperaban definiciones de los gremios del transporte. Todos aceptaron parar. UTA (Colectivos), Ferroviarios, subtes, aviones… con esos sectores parando, es difícil que pueda haber actividad este jueves 9 de mayo, fecha que planteó la CGT para su primer paro general de 24 horas.
En las últimas horas se terminó de definir la participación de la UTA, el gremio de los colectivos dirigido por el histórico Roberto Fernández en el paro general. Eso implica que no habrá colectivos.
En algunos ramales todavía están definiendo qué hacer. Son aquellos del sindicato de choferes UCRA, dirigidos por Miguel Bustinduy. Políticamente están alineados con la CTA, que adhiere a la medida. La principal empresa que manejan es DOTA, que incluye a la línea 60.
Los ferroviarios también adhieren, incluyendo a las líneas más combativas como la que encabeza el «Pollo» Sobrero. Lo mismo, los subtes.
Tampoco habrá bancos. La Bancaría ya avisó a todos sus trabajadores y los judiciales harán una movilización el 8 de mayo, y participan del paro del 9.
Empleados de comercio también adherirán a la medida, al igual que los gastronómicos. Aunque estos sectores tienen una particularidad: «Es un tema complejo para el sector porque el consumo se desplomó. Adherimos al paro, pero probablemente los dueños abran igual», explicaron desde uno de esos sectores. Creen que muchos trabajadores tendrán que ir igual para cuidar sus puestos de trabajo.
• Las dudas de la previa
La CGT había convocado hacía unas semanas a un paro general para el 9 de mayo. En el medio, las conversaciones con el gobierno empezaron a mejorar y encontraron un carril de diálogo con el ministerio del Interior. Así se generaron dudas respecto a la contundencia de la medida.
Muchos sectores dentro del sindicalismo se empezaron a plantear cuál era la pertinencia de ese paro cuando se estaba en medio de negociaciones con el Poder Ejecutivo por distintas cuestiones.
Sin embargo, en las últimas horas se precipitaron los tiempos. Uno por uno los gremios de transporte decidieron adherir a medida, lo que dificultará a que trabajadores de otras ramas puedan llegar a sus puestos debido a los problemas de movilidad.
«Un paro general sin paro de transporte no es paro general», repetía un viejo líder sindical cuando analizaban gremio por gremio cuál sería el acatamiento de la medida.
• Qué reclama la CGT
Los planteos y motivos por los que se convoca a un paro general son diversos.
Ley bases: Plantea una reforma laboral (mucho más leve de lo que se proponía originalmente) pero que sigue afectando derechos de trabajadores.
Ganancias: Por otro lado, el nuevo pacto fiscal vuelve a instaurar el impuesto a las ganancias lo que afectará a una parte importante de la base de representación de las centrales gremiales, especialmente en algunos rubros como camioneros, bancarios, petroleros, judiciales, entre otros.
Situación económica: Hay un creciente malestar general por la situación económica y la falta de respuestas que da el gobierno en torno al aumento de la inflación y la no recomposición de los salarios.
Apertura: Gremios industriales temen una apertura indiscriminada que termina afectando fuertemente a su puesto de trabajo.
Pata política: hasta ahora, los «popes» sindicales no encontraron ningún puente de diálogos dentro del Gobierno que pueda recibir sus demandas. Aunque últimamente pudieron desarrollar un buen vínculo con el ministro político Guillermo Francos (e incluso con el asesor estrella, Santiago Caputo) no ven que eso se vea trasladado a la gestión diaria. Las Relaciones con la secretaría de Trabajo a cargo de Julio Cordero siguen estando muy frías.
Ese combo de situaciones hizo que la CGT ratifique el paro del 9 por 24 horas. Esta vez será muy grande. El más grande de la gestión Milei.