Molly no es una perrita más, es una perrita terapéutica la cual acompaña a un niño que está sufriendo por su ausencia. Es una perrita dócil y miedosa. Ante cualquier información comunicarse con Myriam Ruscitto Navegación de entradas LA EMOTIVA HISTORIA DE SIMÓN: SU DUEÑO, UN NIÑO DE 9 AÑOS, DECIDIÓ DEJARLO EN UN REFUGIO PORQUE RECIBÍA MALTRATOS RESCATARON A UN PERRA PITBULL