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Este miércoles el dólar oficial volvió a sufrir la devaluación. No hubo observaciones del Banco Central por lo que el mercado descontaba que el Gobierno iba a cumplir la promesa de descongelar el dólar oficial después de 90 días en el freezer.

Y así sucedió. La entidad monetaria dejó subir la divisa y la primera postura vendedor fue de $ 353,05.

A partir de ahora, si se sigue el camino que había anticipado el ministro y candidato Sergio Massa, se aplicará un esquema de devaluación gradual, aunque las subas mensuales, en principio, estarían por debajo de la inflación.

Según operadores, en la primera postura del día en el mercado el dólar mayorista se ofreció a $353,05 en la punta vendedora, casi tres pesos por encima de su precio de ayer. Es un avance muy pequeño, de menos del 1 por ciento. Las operaciones minoristas afectan a los precios del billete minorista y, con ella, al dólar turista y para ahorro. Es el que se aplica, sin ir más lejos, a los resúmenes de tarjetas de crédito que venzan a partir de ahora. Así, por ejemplo, el minorista llegó a $ 368,50 en el Banco Nación. Cada banco aplicará su propio ajuste.

En su momento, la decisión de subir 22% el dólar mayorista el 14 de agosto para luego congelarlo en $350 buscó estabilizar la economía en un momento crítico. Sin embargo, este congelamiento no era una solución a largo plazo, y su fecha de caducidad se estableció para el 15 de noviembre. Fuentes oficiales confirmaron ayer que, a partir de hoy, el dólar oficial comenzará a experimentar movimientos. “El ajuste será del 3% hasta fin de mes, equivalente a 3 pesos a partir de mañana. Es un cambio simple que representa aproximadamente el 1%”, prometieron.

La fecha no fue arbitraria, sino que surgió de las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La política económica liderada por Sergio Massa, actual ministro y a la vez candidato presidencial, se desvió significativamente de las directrices del FMI. Las metas de reservas y déficit se incumplieron considerablemente, y las metas monetarias se cumplen solo en términos formales. Esta divergencia ha generado cierto descontento en Washington, y el ajuste cambiario se percibe como una concesión mínima del ministro para mantener una relación cordial con el FMI, especialmente en vista de las próximas elecciones presidenciales.

Prevén un salto mayor del dólar

En un momento, se barajó demorar la salida del dólar fijo hasta el próximo martes, después del balotaje y el lunes feriado. Pero el equipo económico decidió apurar el paso y ahora no se descarta que después de noviembre haya un reacomodamiento mayor, con saltos más importantes. Algunas consultoras, de hecho, prevén una devaluación de hasta el 50% antes de fin de año.

Sin reservas, la percepción en pasillos del BCRA es que están «contra las cuerdas». Saben que un ajuste muy por debajo de la inflación es «ridículo», ya que la apreciación cambiaria será mayor y se teme perder la «capacidad de respuesta» ante una eventual corrida el día después del balotaje, mientras que una suba cercana a la inflación creen que generaría mayor inercia inflacionaria.

Lo que está claro es que el Gobierno comenzará a abandonar el esquema dispuesto el 14 de agosto, que fue acompañado por tarifas y combustibles congelados, acuerdos de precios y un dólar exportador con vigencia hasta este viernes, variables que también serían redefinidas.

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