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Debido a la crisis económica, los argentinos han cambiado sus hábitos de consumo y los pequeños lujos ahora son inaccesibles para muchos. Tomarse un «cafecito» cuesta entre 3500 y 4000 pesos, un gasto que algunos no pueden asumir. En Buenos Aires, los precios son de los más altos de la región, superando a Brasil.

Otro lujo en aumento es el lavado de autos, que ahora varía entre 28 mil y 35 mil pesos, un servicio que antes era más accesible. Finalmente, un corte de pelo puede costar entre 12 mil y 16 mil pesos, y los servicios de coloración empiezan en 40 mil y pueden superar los 180 mil, dependiendo del salón.

Puede ser una imagen de 2 personas, pelo rubio y secador

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